Hace ya un tiempo que me encanté con los resultados que se pueden lograr al dibujar sobre papel negro, y la búsqueda de lápices que aguanten este formato no fue fácil, considerando que en el mercado hay mucha más variedad de colores y tipos de lápices para dibujar sobre fondo blanco u otros así de claros.
En una de mis salidas de compras de materiales fue como conocí los Kuretake Post Chalk, lápices que vienen en un pack de cinco hermosos colores que, además, tienen esta tremenda magia de que el color no aparece de inmediato al hacer una línea sobre el papel, sino que a los pocos segundos: primero se marca la tinta mojada y transparente, para luego, de a poco, empezar a aflorar el color, quedando una terminación opaca, sólida y con una terminación del clásico aspecto tipo tiza *inserte ojitos de corazón*
La punta es redonda y rígida (antes de elevar una plegaria a don Kuretake para que los haga en formato bushpen, pensé en que es tanto mejor así como están, ya que sino le quitaría un poco la magia de la terminación “tiza”, siono), tiene un ancho medio, lo que permite mayor precisión para detalles, y bota la cantidad precisa de tinta, lo que lo hace un lápiz bastante fácil de manejar. La terminación final del color es sólida y opaca, tal como si fuera una tiza de verdad.
Este lápiz promete marcar sobre cualquier superficie no porosa, pudiéndose luego borrar con un paño húmedo. Lo que a mi me convoca es el papel negro, para conseguir un lettering con aspecto de pizarra, así que en ese formato los probé y los resultados fueron hermosos:
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